Emprender un nuevo proyecto es cómo un primer paseo en montaña rusa.

Cómo os he contado en un post anterior, llevo un año trabajando en mi proyecto que «cambiará la vida de los freelances para siempre» (sí, sí, os lo aseguro), pero en realidad llevo trabajando a tiempo (casi completo) casi 4 meses ya.

Y a día de hoy, confirmo lo que se puede leer en muchos artículos: empezar a emprender es cómo el primer paseo en montaña rusa. :

 «[…], si te gustan las montañas rusas y te diviertes en ellas ten claro que emprender es casi lo mismo, una vida de desenfreno de altos y bajos en los que la inseguridad será el día a día.» en mi planeta personal.

«Ser emprendedor es estar en una montaña rusa pero vale la pena»
Raúl Martín

One day you’re up; the next, you’re down.(Un día estás arriba, el día siguiente, estás abajo) USA Today

No sé si os acordáis de vuestro primer paseo, pero yo me acuerdo muy bien lo que he sentido aquel día, y creo que corresponde exactamente a lo que estoy sintiendo ahora:

  • Primero, ves la montaña rusa y piensas que es muy alta, que ni en broma vas a subir al tren. Y tus amigos te animas, tus hermanos o tus primos. Te dicen «venga, vas a ver que divertido». Y cómo ves la alegría de todos y también tienes curiosidad por probar, te metes en la fila de espera.
  • En la fila, ves a los demás que salen del tren, con caras de alegría en muchos casos, con la cara color aceituna en otros, con miedo, o finalmente algunos salen completamente descolocados. Y sientes miedo: ¿qué va a pasar? ¿y si me desmallo? ¿y si la montaña rusa se rompe?
  • Sin embargo, un poco obligado subes al tren. Y subes, subes, subes la montaña rusa. Allí, tienes un sentimiento mezclado de fascinación y de ilusión de haber subido. El paisaje es magnifico, estás contento, y tienes un sentimiento de alegría sin igual. Te estás esforzando para quedarte recto en la silla mientras estas sintiendo miles de cosas a la vez.
  • Finalmente, bajas la cuesta. Te relajas. Tienes un sentimiento que nunca has sentido antes y te encanta. Pero es el final, se acabó.
Y empiezas una y otra vez: subida, baja, subida y baja.
Yo, ahora mismo, no sé dónde estoy :). Mucho, muchisimo trabajo, y estoy sintiendo una montaña rusa de emociones, tanto a la subida, tanto a la baja: un día, uno está alegre, ve que se están consiguiendo resultados, y al día siguiente, es un día de depresión, agobio, o miedo a fracasar.
Y después, me digo que tengo la suerte extraordinaria de poder seguir mis sueños y de estar rodeada de gente excepcional.
Al final, creo que vale la pena probar la montaña rusa.

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