¿Por qué es difícil ser freelance?

¿Quieres empezar tu carrera profesional como freelance? No te pierdas esta práctica chuleta de CoworkingON.

Trabajar como freelance no es nada fácil. A pesar de la relativa libertad que se dispone y de la flexibilidad horaria son muchos los retos que el trabajador autónomo se tiene que enfrentar.

Por qué es difícil ser freelance

Ya hablamos en su día de las tareas burocráticas que hay que cumplir para darse de alta y empezar una vida profesional como trabajador independiente. Esta vez, os hablaremos de los principales desafíos personales que cada freelance tiene que superar:

 1.Búsquedas de cliente y gestión de proyectos
Ser comercial de uno mismo es la tarea más difícil, pero una vez una logrado un buen portafolio de clientes, la carrera será en bajada. La cosa principal es saber gestionar muy bien los tiempos y los picos de trabajo. Para no ser comidos por el estrés es fundamental aprender a organizarse y tener una rígida autodisciplina.

2.Planificación
Medir la propia productividad personal y optimizar al máximo las tareas y sus tiempo de realización son acciones fundamentales para trabajar por cuenta propia.

3.Equilibrio entre vida privada y vida profesional
Lograr un buen equilibrio entre el esfera familiar y la profesional es muy importante para el propio bienestar y el rendimiento del propio negocio. Trabajar en espacio de coworking es una valida opción para salir de casa y tener “oficina” propia sin gastar muchísimo dinero.

4.Nuevas formas de generar ingresos
Tener una gama de servicio profesionales a precio fijo o dar cursos de formaciones son unas buenas prácticas para generar otro tipos de ingresos e incrementar la propia competencia.

5.Tarificación y ciclo de ventas
Al momento de definir el precio del propio trabajo hay que tener en cuenta la situación del mercado en el que se está operando para poder ajustar las tarifas según las necesidades. Además siempre hay que considerar los periodos de preventas (en los que se presenta el proyecto) y que la mayoría de los clientes pagan 60 o 90 días después de la emisión de las facturas.

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